20081225

El año 50 de la Revolución Cubana

El año 50 de la Revolución
Fernando Dávalos
Colaborador de Radio Rebelde
23 de diciembre del 2008 11:55 a.m


Fidel y el Che

La Habana, Cuba.- El año 50 de la Revolución ha sido una genuina forja de trabajo y creación, como cualquiera de este cincuentenario que celebramos los cubanos y otros pueblos hermanos. Este último lapso cierra con la acogida extraordinaria a Cuba en el Grupo de Río, en la histórica reunión de Salvador de Bahía, Brasil, de hace pocos días, a la que asistió la casi totalidad de los gobiernos al Sur del Río Bravo, que redimieron la bochornosa separación de la Isla a la OEA, a instigación del Gobierno de Washington de entonces.
Casi medio siglo de bloqueo y agresiones de este poderoso país ha actuado contra Cuba, lo que no tiene otra causa que la rabia vengativa de los batistianos y criminales de guerra desalojados del poder y fueron recibidos por círculos reaccionarios de EE.UU., que en tanto tiempo han hecho lo indecible por destruir la Revolución cubana. Resistir ese feroz asedio depara honra para la pequeña nación del Caribe y vergüenza para los Estados Unidos y para las ideas de la derecha política de ese país.

Fidel y Camilo

El año 50 de la Revolución ha sido un gran taller en la recuperación de los cuantiosos daños inflingidos a la nación cubana por tres huracanes tropicales, que se presentaron muy seguidos, devastando campos y ciudades, como nunca antes. La terrible secuencia de la naturaleza no derivó lamentaciones, sino dio paso de inmediato a un gran empeño nacional de recuperación de redes eléctricas, viviendas, escuelas y otras edificaciones sociales, y desató en la agricultura un vasto esfuerzo en las siembras, de las ya han empezado a recogerse sus primeros frutos.
La lucha de Cuba por restañar lo destruido ha sido ejemplar y aleccionadora, y los cubanos nos sentimos orgullosos por ello, y agradecidos también porque no nos ha faltado la fraterna ayuda solidaria del mundo entero, a excepción del poderoso y soberbio Gobierno que, implacable, nos bloquea.

Fidel y el Che

El año 50 de la Revolución, en su última gloriosa etapa, es digna del medio centenar de años anteriores, en los que se generalizaron las medidas revolucionarias, ganadas a sangre y fuego en las montañas, campos y poblaciones, luchando contra una sangrienta dictadura que aún expulsada del poder, sus integrantes trataron de impedirnos el avance, con la ayuda enemiga.
Cuba resistió el embate contrarrevolucionario propugnado desde el exterior, se irguió sobre los principios y se mantuvo firme aún en las circunstancias peores, y salió triunfadora. Al mismo tiempo, quizás solitarios, los cubanos desplegaron las grandes transformaciones revolucionarias y sentaron las bases de su desarrollo, a pesar de la obsesiva y enfermiza vendetta del Gobierno norteamericano de turno.
El año 50 de la Revolución, empero, nos acercó al pueblo norteamericano, que se mostró interesado en Cuba y sus cambios, y empezó a frecuentar con curiosidad a la Isla, hasta que el Gobierno de su país lo impidió con prohibiciones y severas multas. Otras naciones enviaron hasta a sus familias a nuestro turismo sin juegos de azar ni sexo, y en la presente temporada se marcará un buen nivel de esas entradas de paseantes. En este campo, nuestra nación instrumentó su comercio internacional, pero aún con algunos faltantes estratégicos, que están dirigidos a salvar vidas de niños y adultos, también debido al absurdo bloqueo y a la guerra económica, y pesar de la censurable extraterritorialidad de las leyes estadounidenses contra la Cuba rebelde.
Fidel ingresa triunfal a Cuba

La Revolución cuenta hoy con logros científicos de la biotecnología y de un modesto esfuerzo en otras ciencias, y sus exportaciones, de las que muchas se viabilizan al calor de la solidaridad cubana hacia otros pueblos, como lo es la salud, alfabetización y deporte. Cuba, desde hace mucho tiempo en este medio siglo, no ha dejado un niño sin escuelas y ha multiplicado, con su esfuerzo educativo, su capital humano.
En estos años se ha prestado un valiente apoyo a pueblos africanos, que procuró y preservó la independencia de varios de sus Estados y logró el fin del vergonzoso apartheid racista, de lo cual Cuba también se siente orgullosa por sus hijos, que han luchado con valor y tenacidad en todo momento, muy a la altura de la Revolución y del ejemplo de Fidel.

Fidel con Vilma Espín

20081216

Joan Baez, la voz activa de una generación


(Extracto de la nota de Claudio Kleiman en la edición del 28/10/2006 de Pagina/12)
Durante los años ’60, Joan Baez fue la reina del folk, la cantante más representativa e influyente surgida del folk boom, distinguiéndose desde el comienzo por su personalísimo estilo vocal, una soprano con un rango de tres octavas y distintivo vibrato. Ella dio a conocer a Bob Dylan, cantando sus canciones y presentándolo a su audiencias cuando aún no era famoso, además de mantener una publicitada relación sentimental con el autor de “Blowin’In The Wind”, con el cual se volvería a reunir a mediados de los ’70 en la Rolling Thunder Revue.
Conocida por su activismo político y social, principalmente en las áreas de la no violencia y los derechos humanos y civiles, Joan supo evolucionar con los tiempos y, además de modificar su música incorporando acompañamiento eléctrico y canciones de nuevos cantantes-compositores (además de convertirse ella misma en una gran compositora), fue tornando sus intereses hacia causas como la ecología y los derechos de los gays. Se ha presentado en público durante casi 50 años, grabó más de 30 álbumes y cantó en por lo menos ocho idiomas, y aunque es conocida como folksinger, su trabajo incursionó en todos los terrenos de la canción, incluyendo pop, country, gospel, r&b y folklore latinoamericano. Su carrera continúa con fuerza hasta hoy, convirtiéndose en fuente de inspiración para sucesivas generaciones de cantantes –desde Bonnie Raitt y Emmylou Harris hasta las Indigo Girls y Tracy Chapman– y editando nuevos discos, mientras las reediciones de su catálogo continúan concitando un amplio interés.
Joan Chandos Baez nació el 9 de enero de 1941 en Staten Island, Nueva York, de una familia cuáquera, de ascendencia mexicana, inglesa y escocesa. Cuando tenía 15 años, ocurrieron dos eventos que marcarían su vida para siempre: compró su primera guitarra y asistió a una conferencia dictada por Martin Luther King Jr., hablando de la no violencia y los derechos civiles. En 1959, Joan junto con otros artistas del área de Cambridge que solían presentarse en el Club 47, grabaron un álbum llamado Folksingers Round Harvard Square, y ese mismo año conoció a Bob Gibson y Odetta, a quienes cita entre sus principales influencias, junto a Marian Anderson y Pete Seeger. En el verano hizo una aparición no anunciada en el Newport Folk Festival, performance que disparó su carrera, ya que la excitación que había creado condujo a un contrato con Vanguard Records al año siguiente. En 1960 lanzó su primer álbum, Joan Baez, una colección de baladas folk tradicionales, blues y lamentos, que tuvo un gran éxito. Los primeros años de la década del ’60 fueron un auténtico torbellino: en 1961 lanzó su segundo álbum, Joan Baez Volume Two, e inició una gira nacional de conciertos. En 1962 lanzó Joan Baez In Concert, y en noviembre de ese año apareció en la portada de la revista Time. En marzo, en la marcha sobre Washington por los derechos civiles, cantó “We Shall Overcome” ante una audiencia estimada en 250.000 personas. A partir de 1964, cuando supo que el 60 por ciento de los ingresos provenientes de impuestos se destinaba a propósitos militares, Baez comenzó a restar ese porcentaje de sus contribuciones de impuestos, y a pesar de un embargo declarado por el IRS, continuó haciéndolo durante los 10 años siguientes. Durante 1967 fue arrestada dos veces, por bloquear la entrada del Centro de Reclutamiento de las Fuerzas Armadas en Oakland, California.
En 1968 se casó con el maestro y activista David Harris y poco después editó Baptism, donde recitaba y cantaba poesía. Le siguió Any Day Now, un álbum doble dedicado a las canciones de Dylan, que se convirtió en Disco de Oro. En 1969, su marido comenzó a cumplir una sentencia de tres años por resistirse a ser reclutado, lo que le impidió asistir a la presentación de Joan en agosto en el legendario Festival de Woodstock (parte de su perfomance sería incluida luego en el film y el disco homónimos), así como al nacimiento de su hijo, Gabriel Earl; Baez le dedicó su David’s Album. Harris fue liberado en marzo de 1971, tras cumplir 20 meses de su sentencia, pero él y Joan se divorciaron en 1973.
En 1971, su cover de “The Night They Drove Old Dixie Down” (de The Band), llegó al Top Ten en los Estados Unidos. Luego lanzó los álbumes Come From The Shadows y Where Are You Now, My Son?, de 1973, que incluía el tema de 23 minutos que daba título al álbum, con sonidos grabados en la calle durante la visita de Baez a Hanoi, Vietnam del Norte. Allí sobrevivió a una semana de bombardeos. En 1974 llegó su primer disco en español, Gracias a la vida.

A partir de mediados de los ’70, comenzó a componer muchas de sus propias canciones, como “Sweet Sir Galahad” y “A Song For David”; la que se tornó más popular fue “Diamonds And Rust” (1975), una melancólica evocación de su affaire con Bob Dylan, editada en el álbum homónimo, que se convirtió en el disco más vendido de su carrera. Luego llegó Gulf Winds, compuesto íntegramente por temas propios, y el álbum en vivo From Every Stage. En España –durante un programa de TV transmitido en vivo–, cantó la canción “No nos moverán”, que estaba prohibida desde hacía 40 años por el dictador Francisco Franco.
Hacia fines de los ’70, la militancia de Baez se concentró en la lucha por los derechos humanos, creando el Humanitas International Human Rights Committee. Juntó más de un millón de dólares en ayuda para el pueblo camboyano, a través del Cambodian Emergency Relief Fund, y en 1981, durante una gira por Sudamérica, le fue prohibido presentarse en Argentina, Chile y Brasil; sólo pudo actuar en Nicaragua. Además, fue objeto de vigilancia y amenazas de muerte.
En 1986 integró la gira Conspiracy of Hope, auspiciada por Amnesty International y al año siguiente publicó un libro autobiográfico titulado And A Voice To Sing With (editado en castellano como Y una voz para cantar) que integró las listas de best-sellers. En 1989 actuó en Checoslovaquia, donde el presidente Vaclav Havel la consideró una gran influencia en la subsiguiente y pacífica velvet revolution (revolución de terciopelo) en ese país. Durante los ’80 editó Live Europe ’83 antes de firmar para el sello Gold Castle, donde publicó los discos Recently (1987), Speaking of Dreams y el en vivo Diamonds & Rust in the Bullring (1989). En 1992 llegó Play Me Backwards, para Virgin, pero pasaron otros cinco años antes de su próximo álbum de estudio, Gone From Danger.

Su regreso discográfico se produjo en 2003 con Dark Chords On A Big Guitar, mientras que una perfomance de noviembre de 2004 en el Bowery Ballroom de Nueva York se editó al año siguiente como Bowery Songs, donde incluye temas tradicionales, autores contemporáneos como Steve Earle y Natalie Merchant y clásicos como Woody Guthrie y Bob Dylan, en una sumatoria de casi 50 años de carrera artística.

20081207

Bar del Infierno


El cafetín es un laberinto. Nuestro destino es extraviarnos en sus encrucijadas. Pero algunos presienten una verdad aún más terrible: no se puede salir del bar, no por la falta de puertas ni por la disposición caprichosa de sus instalaciones, sino porque no hay otra cosa que el bar. El afuera no existe.
El hombre a quien llaman el Narrador de Historias está obligado a contar un cuento cada noche, cuando el reloj da las doce. Nadie le presta atención. Anda siempre con unos libros grasientos. En ellos hay -según se dice- infinitos relatos.
Amores imposibles de la provincia de Buenos Aires, ciudades lejanas gobernadas por jaurías, santos levitadores, mendigos impiadosos y seres insaciables que se devoran a sí mismos integran el curioso repertorio.
Pero el Narrador es también personaje de otra historia que lo muestra involucrado en una conspiración para salir del bar, del tiempo o del lenguaje. Otros sujetos vendrán -a su turno- a duplicar o triplicar los relatos: el coro, que traduce cada suceso a una obtusa lengua poética, y los loros heréticos, cuya misión es tergiversar.
Un lector melancólico podría hallar en estos textos unas ponencias intimidatorias:
- No tenemos tiempo de ser nadie. Todos los destinos son el mismo.
- Expresados en fórmulas, los episodios más dramáticos de nuestra vida son irremediablemente banales.
- No importa lo que hagamos. Se llega al infierno por casualidad.
- Toda comunicación es imposible. Nadie ha conocido a nadie.
Pero si uno alcanza a leer con la luz adecuada, el libro dice que para salir del infierno hay que amar más allá de las meras preferencias filisteas.
O acaso lo que dice es que la única esperanza es cantar bien.
(Alejandro Dolina)